Detrás de la contaminación ambiental,
de la corrupción, de la violencia,
del rencor hacia nosotros mismos,
está el ser humano: la persona.
Personas con padres y madres,
hijos e hijas, familiares y amistades;
con emociones y sentimientos
que se cruzan y con necesidades compartidas.
Hoy en día es habitual que teniendo tanto en común,
actuemos de una manera donde sólo busquemos
satisfacer nuestras necesidades
a través de estrategias que nos perjudican a nosotr@s,
a las personas que nos rodean y a la comunidad.
A pesar de esto creo firmemente
y confirmo día a día en mis interacciones, que uno
de los primeros pasos para lograr la paz es la comunicación.
Una paz
– Que inicia en un@ mism@, aprendiendo
a escucharse y aceptarse, una paz vista como
una manera de hablar, de escuchar, de vivir;
un lugar para el diálogo y el consenso.
– Que tiene como finalidad la conexión con
nuestras necesidades y la de los demás.
– Basada en una comunicación constante.


El dicho “Hablando se entiende la gente”
lo considero muy acertado
y lo he logrado comprender mejor
a través de un proceso de comunicación llamado
“Comunicación no Violenta” (CNV).
Este fue elaborado por Marshall Rosenberg,
tiene por objetivo aclarar nuestra opinión,
postura y entender a la otra persona.
Este proceso es útili para resolver nuestros conflictos internos,
de familia, de equipos de trabajo, hasta las internacionales.
Ha sido utilizado para mediar en zonas de conflicto en todo el mundo:
Palestina-Israel, África central, Europa del este, por mencionar algunos lugares.

Con este método se logra facilitar acuerdos y evitar
malentendidos, porque al aplicarlo compartimos:
1.-Lo dicho o los hechos que ocurrieron
2.-Los sentimientos que se generan
3.-Las necesidades que están siendo satisfechas
o insatisfechas
4.-Y elaboramos preguntas o peticiones para
encontrar un camino común

Logrando así una comunicación sincera,
clara y eficaz que facilita el consenso.
Al utilizar la CNV logramos que nuestras opiniones
más radicales sean interpretadas y recibidas con curiosidad,
con ganas de abrir la discusión para intercambiar ideas
y encontrar una solución al conflicto.
También logramos escuchar
entre la crítica y el juicio,
lo que la otra persona intenta expresar,
lo que trata de transmitir y
la necesidad que busca satisfacer.
Promueve de antemano la conexión entre personas para después pasar a la búsqueda de soluciones, conexión que se logra con el intercambio de ideas, sentimientos y
necesidades.
Es un método fácil de comprender pero difícil de aplicar día a día, su aprendizaje es poco teórico, se basa principalmente en la práctica y es útil para:
– Gestionar mediaciones
– Fomentar el diálogo
– Separar nuestros pensamientos de nuestros sentimientos
– Reconocer nuestras necesidades
– Tomar responsabilidad de nuestros sentimientos
– Entender dónde nacen los juicios y críticas
– Poner en un mismo nivel a todas las personas
– Encontrar lo que tenemos en común
– Entender y conectar con l@s demás


Mi intención es promover este método
en escuelas, empresas, centros comunitarios,
instituciones gubernamentales y en organizaciones,
en Tijuana, México, a través de conferencias, talleres y cursos.

Este proyecto se desarrollaría entre enero de 2020 y agosto de 2022,
incluyendo 2 talleres, uno en Chiapas y otro en Querétaro (fechas por definir). También crear un grupo de promotor@s de la CNV, crear vínculos con las demás organizaciones en México, Estados Unidos y otros países para apoyarnos y compartir información.

Mi objetivo es que aprendamos a ver que detrás de cada uno de nuestros actos, aunque no beneficie a la alegría de la vida, siempre tratamos de satisfacer una necesidad que vale la pena. Y al acostumbrarnos a ver esto en nosotr@s y en l@s demás, podemos empezar un diálogo que nos ayude a caminar junt@s y en paz.

Espero poder encontrar organizaciones, escuelas y personas que me puedan abrir puertas para lograr sembrar esta semilla.

Hablar nos libera,
tomar la responsabilidad de nuestros
sentimientos nos hace fuertes,
y comprender a los demás nos conecta.
El resultado es la unión.

Muchas gracias por su atención y su apoyo.

Sinceramente,

Luis Eduardo Díaz Araiza
19 de enero de 2020